martes, 29 de septiembre de 2009
¿Quién dijo patrones morales?
¿Por qué, entonces, aquello que cualquiera juzgaría inconcebible en el área adulta de la literatura es tan fácilmente aceptado cuando se trata de niños lectores?”
Marina Colasanti (Reconocida autora brasileña, ganadora, entre muchos otros, del Primer Premio del Concurso Latinoamericano de LIJ de Norma- Fubdalectura en 1998)
viernes, 25 de septiembre de 2009
Resulta que la LIJ es una broma demasiado en serio...
Escritores y representantes del mundo académico y educativo se reunirán en la capital chilena para reflexionar y debatir sobre el pasado, presente y futuro de la literatura infantil y juvenil en Iberoamérica
Las ponencias inaugurales correrán a cargo del novelista chileno Antonio Skármeta y del escritor y periodista mexicano Juan Villoro. En las actividades también participarán expertos de Cuba, España, México, Chile, Colombia, Brasil, Argentina, República Dominicana, Puerto Rico, Uruguay, Perú, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Ecuador y Costa Rica
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Hay obras que puede leerlas cualquier persona a cualquier edad; pero hay otras que son más propias de una edad que de otra.
viernes, 31 de julio de 2009
Y hablando de nonsense...
ayúdeme por favor.
Alguien vino y se robó mis rodillas.
Yo lo perseguiría, pero sospecho
que mis pies y piernas no están conectados.
Shel Silverstein
viernes, 29 de mayo de 2009
pseudo escritores para niños o el olvido de los lectores
"Esta categoría de pseudo escritores para niños está compuesta por aquellos que explican que ahora que son abuelos, o que son padres, o que han sido maestros durante tanto tiempo, y empiezan a contar historias donde los protagonistas son ellos mismos, en un desconocimiento total sobre lo que pueda o no interesar a los pequeños. Y en una actitud que yo llamaría de irrespeto frente al quehacer literario. Es un poco lo que pasa con la Filosofia: como la palabra ha empezado a usarse de manera tan laxa y hay "filosofía de las ventas" y "filosofía de la vida" y muchas otras 'filosofías', todo el mundo se siente con derecho de opinar cuando se habla de Filosofía.
Lo peligroso de esta categoría es que produce unos textos cargados de sensiblería y sin ningún valor literario. Pero me asombra que haya tantas personas convencidas de que de la noche a la mañana es posible volverse escritor."
Nada más acertado. Y yo añadiría algunas cositas de mi propia bodega. Los editores, o los lectores externos, de libros para niños y jóvenes tropezamos con una significativa cantidad de cuentos (y poemas) que han sido escritos con la mejor de las intenciones por alguna abuelita juguetona que quiere entretener a sus nietos, o maestra, o mamá, o algún otro ser que, llena o lleno de candor, piensa que por el sólo hecho de que lo hizo con todo el amor del mundo y que tuvo "éxito" con sus niños niñas nietos hijos alumnos a quienes se los leyó ("a ellos le gusta mucho". Pues claro, no hay mejor galería que la familia, ¿no es asi?) eso basta y sobra para que sea editado y difundido universalmente. Lógica implícita: "Como yo los amo, y por amor lo escribí para ellos, esto merece ser publicado". Están unilateralmente convencidos de ello. Pero... ¿Y sus lectores? ¿Bastará la buena nota? Lamentablemente no. "De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno", reza un dicho. Huyamos de ellas como gacelas, y no sólo en literatura. Nunca fueron suficientes. Gracias a tal criterio de elección (buenas intenciones) está lleno el mercado de libros malos y requetemalos cuyo único mérito ha sido el de haber desacreditado involuntariamente a la literatura infantil, exponiéndola a la desvalorización debido a su cursilería, poca calidad literaria, exceso de lugares comunes y esterotipos, sensiblería, aniñamiento, en fin, toda una subestimación del lector de cualquier edad y del oficio de escribir. Duro golpe del cual todavía la LIJ no ha logrado reponerse.
No amables señoras, no incautos amanuenses que piensan que está dado el escribir un cuento para niños. Bueno, un cuento sí, pero un buen cuento no resulta tan fácil. Porque para ello es necesario desarrollar el arduo oficio escritural, que como todo oficio requiere de aprendizaje teórico y mucha práctica para alcanzar su dominio. Claro, si es que de verdadera LITERATURA estamos hablando, pongasele el adejtivo que se le ponga.
jueves, 23 de abril de 2009
Proyecto sobre entrevistas a autoras y autores venezolanos de LIJ
PROYECTO ESPECIAL VOZ DE CREADORES
20 CREADORES VENEZOLANOS DE LITERATURA INFANTIL
Maria Pilar Quintero (Estado Mérida- Narrativa)
Psicóloga social y autora de libros para niños, su obra se caracteriza por recrear un universo mítico arraigado en las tradiciones orales de los Andes venezolanos. Ha publicado El día y la noche, La Fiesta de Lucía y Uribí: La madrina de las palabras, entre otros títulos. Actualmente es Directora de
Licenciada en Letras por
Efraín Subero (Estado Nueva Esparta -poesía)
Distinguido poeta, crítico, articulista, ensayista. Destacado bibliógrafo e investigador de literatura infantil. Su labor periodística le valió el Premio Nacional de Periodismo. Entre sus obras se cuentan Bibliografía de la poesía infantil venezolana, Poesía Infantil Venezolana, y los poemarios Isla de luz sobre el amor anclada, Casi letanía, En estos parajes, Estancias del amor iluminado, Matarile, entre otros.
Carlos Izquierdo (Estado Miranda - narrativa)
Educador. Pionero de la televisión educativa en Venezuela, en 1959 concibió y dirigió los programas televisivos “Jardín de Infancia” y “Nuestros muchachos” del ME. Fue Director y animador del programa radial “Cosas del Abuelo” y “Vida y ciencia” durante 28 años. Entre sus títulos publicados para niños se cuentan ¿Qué le pasa a tío Cachicamo?, Antonio quería un caballo volador, Qué bueno es saber leer y el poemario Cosas del abuelo en San Antonio.
Maestra, escritora, investigadora y cantautora. Conocida figura de la literatura infantil venezolana, ha publicado varios libros para niños: Romance del nacimiento, El niño de las calas, ¡Encontré una moneda!, y El son del ratón y otras canciones, publicado por Monte Ávila Editores, entre otros. Ha grabado dos discos para niños:
Periodista, dramaturga, narradora y guionista. En dos oportunidades ha merecido el Premio Aquiles Nazoa de dramaturgia infantil. También ha obtenido el Premio de Literatura Infantil, mención narrativa, en
Luiz Carlos Neves (Distrito Capital –poesía- narrativa-teatro)
Abogado, docente universitario e investigador en las áreas de literatura infantil, dramaturgia y narración oral. Además de varios reconocimientos en los géneros cuento, teatro y poesía, en novela obtuvo el Premio Andino de Literatura Infantil Enka. Algunos de sus numerosos títulos son: Hazañas del sapo Cururú y Nuevas hazañas del sapo Cururú, Amigo es para eso, A jugar juglar, Carabela calavera, Duendes de aquende y allende, Antojo de oso, Arias imaginarias, Porras y cachiporras y amigos emplumados, todos editados por
Marisa Vannini (Distrito Capital poesía-narrativa)
Historiadora, docente y autora de libros para niños y jóvenes, entre los que destacan el libro de poemas La palabra imaginaria y sus novelas juveniles El Oculto, ganadora del Premio “Emilio Salgari”, en Italia, 1992, y La Fogata, con la que obtuvo en 1978 el Premio Europeo de Literatura Infantil Provincia de Trento, en Italia. Ha publicado numerosos títulos de poesía para niños y en narrativa pueden mencionarse El gato de los ojos dorados, premio Mejor Libro del Año 2002 otorgado por el Banco del Libro, Cuentos de gentes y de árboles y, recientemente, Ellos también descubrieron el Nuevo Mundo.
Carmen Mannarino (Estado Miranda - biografías)
Figura pionera de la literatura infantil en Venezuela. Investigadora, miembro fundador del Banco del Libro y editora de libros para niños. Posee una extensa obra ensayística entre la cual destacan Orlando Araujo; violencia, nostalgia y bohemia, Obra Poética de Enriqueta Arvelo Larriva. Destaca su antología para niños sobre diversos aspectos de la cultura venezolana titulada Aquí Mismo, publicada por Monte Avila Editores. En los últimos años se ha dedicado a la escritura de atrayentes biografías para niños y jóvenes, entre las cuales pueden mencionarse Luis Beltran Prieto Figueroa, un hombre país; Alberto Arvelo Torrealba, la pasión del Llano; Orlando Araujo, el hombre y el escritor, Francisco Tamayo, científico y humanista, entre otras.
Josefina Urdaneta (Estado Zulia -narrativa)
Destacada docente e investigadora del folclore destinado a los niños, el cual ha difundido en importantes antologías como Alas de Letras y Contigo sí. Ha publicado hermosas versiones propias de la tradición oral venezolana, entre las cuales se cuentan El gallo de boda, La gallinita rabona, Pequeño zambo, El sol y el agua, Pollito Pito, Cuento que te cuento, y muchas otras.
Hugo Colmenares (Estado Táchira -narrativa)
Comunicador social, ganador del Premio Enrique Otero Vizcarrondo como Periodista más destacado del Diario El Nacional. Autor de textos para niños, ha obtenido importantes reconocimientos como el Premio Municipal de Literatura del Ayuntamiento de La Grita por su novela para niños Cayena: la vaca que estornudaba y la Mención de Honor en el Premio de Narrativa Infantil y Juvenil Enka de Colombia en
Iris Tocuyo (Estado Nueva Esparta - poesía)
Licenciada en Letras, pintora y escritora. Libros infantiles publicados: Pájaro Cristal de Roca, Travesuras, Relatos de había una Vez, Mi color Preferido, José Eusebio y Cuentos de Gaitán.
Antonio Castro (Estado Mérida- poesía-narrativa)
Poeta, cantautor, escritor y narrador oral de cuentos para niños y jóvenes. Ha sido merecedor de varios reconocimientos entre los que destacan el Primer Premio en el Concurso Internacional de Cuentos para Niños de Editorial Susaeta, en 1993 y 1995, y el Primer Premio del Concurso Nacional de Literatura Infantil “Rafael Rivero Oramas” del Ministerio de Educación,. Ha publicado El hombre azul y otros cuentos, Pájaro del corazón, Diario de Andeina y El hombre de las almohadas, entre otros títulos.
Armando José Sequera (Estado Lara - narrativa)
Licenciado en comunicación social. Son numerosos sus libros de investigación y divulgación científica. Su internacionalmente reconocida obra de ficción para niños y jóvenes le ha hecho acreedor de múltiples premios, entre ellos el “Casa de las Américas” en 1979, el “Diploma de Honor IBBY” en 1996 y el Primer Premio en
Velia Bosch (Estado Bolívar- poesía)
Considerada una de las figuras más prominentes dentro de la poesía para niños venezolana. Entre sus poemarios se cuentan Jaula de Bambu, Arrumango, Las palabras y las sombras.
Beatriz Mendoza Sagarzasu (Estado Carabobo - poesía)
Docente de Literatura y de Arte. Escribe en prosa y en verso, tanto para niños como para adultos. Su trabajo se caracteriza por su delicadeza y musicalidad. Ha publicado los poemarios Viaje en un barco de papel, Tarea de vacaciones y Casi abecedari
Rubén Martínez Santana (Estado Aragua – narrativa-teatro)
Licenciado en comunicación social y docente universitario. Versátil creador, ha recibido reconocimientos en cuento, poesía, teatro, divulgación científica y música. Premio Nacional “Rafael Rivero Oramas” de Literatura Infantil, otorgado por el M.E. Es además cuentacuentos y actor y director de teatro, oficios en los cuales también ha sido galardonado. Ha publicado varios libros para niños y jóvenes, entre ellos Carrusel Limbus Circus Mágica y El Libro de los libros, ambos editados por
Marisol Pérez Melgarejo (Estado Táchira - narrativa)
Poeta y cuentista. Con el cuento “Los vuelos de María” obtuvo el premio Concurso de Narrativa auspiciado por la Dirección de Cultura del estado Táchira. La Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses lo publicó en compañía de otros nueve relatos bajo el título de Laberinto. Parte de su poesía integra las recopilaciones antológicas Color Sepia, El pozo de los sueños y Poesía Contemporánea Tachirense. Su obra ha sido objeto de estudios críticos y aparecen reseñados en el libro Escritoras de Venezuela-Escritoras Tachirenses.
Diana Abreu (Estado Miranda – poesía-narrativa)
Cuentista, poeta y editora de libros para niños. Ganadora de premios nacionales en ambos géneros. En el área musical ha desarrollado y publicado un método para el aprendizaje de la lectura y escritura de
Marielba Nuñez (Estado Miranda-poesía)
Periodista y escritora. Su obra literaria para niños ha recibido los siguientes reconocimientos: premio de
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Además, propuse:
Silvia Dioverti (Estado Miranda – poesía-narrativa)
Erika Shwab (Estado Portuguesa - narrativa)
Armando Carías (Distrito Capital- teatro)
Nestor Caballero (Distrito Capital- teatro)
Henriette Arreaza (Estado Mérida –narrativa- teatro)
Ligia Bianchi (Estado Miranda - narrativa)
Corina Michelena (Estado Miranda -narrativa)
Josefina Falcón de Ovalles (Estado Miranda - poesía-narrativa)
Inés de Cuevas (Estado Mérida - poesía)
Isabel de los Ríos (Distrito Capital - poesía)
Aminta Días (Estado Guárico - poesía)
Morelia Domínguez (Estado Anzoátegui -teatro)
Romano Rodríguez (Distrito Capital- teatro)
Laura de Rokha (Distrito Capital –teatro)
Jacqueline Golberg (Estado Miranda - poesía)
Armando Quintero (Estado Miranda - narrativa)
Lolita Robles de Mora (Estado Táchira – Leyendas)
Carmen Delia Bencomo (estado Táchira - poesía)
Blanca Graciela de Caballero (Caracas -poesía)
PD: la lista data de 2004. Proximamente actualizaré los datos de los autores allí mencionados y publicaré una lista de talentosos autores (as) de LIJ que han surgido desde ese entonces.
miércoles, 1 de abril de 2009
Análisis del texto ESCRIBIR PARA NIÑOS de Isaac Bashevis Singer
Dice Singer:
EXISTEN QUINIENTAS RAZONES por las que comencé a escribir para niños, pero para ahorrar tiempo sólo mencionaré diez de ellas.
Número uno: Los niños leen libros, no reseñas. Les importan un comino los críticos.
Muy cierto. La imaginación no necesita explicarse.
Número dos: Los niños no leen para encontrar su identidad.
Realmente no creo que hagan casi nada “para” (excepto llorar "para" obtener comida, juguetes o caramelos). Pero, por otra parte, no es menos cierto que la lectura de algunos cuentos, especialmente los llamados cuentos maravillosos o de hadas, que es lo mismo, sin proponérselo les facilita a los jóvenes lectores el conocer algunos aspectos de su identidad, a través de personajes y situaciones que les ayudan a explicarse su realidad interior y la de su entorno.
Número tres: No leen para librarse de complejo de culpa, para reprimir su sed de rebelión o para librarse de la alienación.
Cierto. Habría que ser un neurótico urbano o un judio - polaco-estaunidense para leer con esos fines.
Número cuatro: No necesitan la psicología.
Cierto. Con el llanto, que es un tímido grito primario, y la libre expresión de otras emociones, les basta y sobra cuando son pequeñines. A medida que se crece, es cuando comienzan los traumas, complejos y represiones. Por eso, si leemos a Bruno Betelheim, los cuentos maravillosos de hadas tienen un profundo efecto catársico en los niños.
Número cinco: Detestan los sociólogos.
Ni siquiera saben qué es “eso”. Por asimilación, los amantes de los cuentos maravillosos detestamos a algunos críticos literarios como Hugo Cerda y su abominable libro "Cuentos de Hadas e Ideología"
Número seis: No tratan de comprender a Kafka o Finnegans Wake.
Es justamente por ello que hablamos de “literatura Infantil” o “literatura para niños” (veáse post más abajo): para diferenciarla de aquellos textos, como los de los autores mencionados, Kafka y Joyce, que por su complejidad no son accesibles a los niños (seguramente ni siquiera les llaman la atención). Esas inadecuadas denominaciónes (“literatura infantil” o “para niños”), sólo sirven para dar cuenta de una literatura que, mediante el uso de determinadas características discursivas y recursos literarios, se hace también accesible a los niños y jóvenes.
Número siete: Todavía creen en Dios, la familia, los ángeles, el diablo, las brujas, los duendes, la lógica, la claridad, la puntuación y otras cosas pasadas de moda.
Los niños viven en un mundo mágico, al igual que los indígenas, los comedores de hongos, los espiritistas y los esquizofrénicos . Eso permite que los textos “para” niños aborden sin limitaciones toda la gama fantástica que ofrece la imaginación.
Número ocho: Les encantan las historias interesantes, no los comentarios, guías o notas al pie de la página.
Definitivamente este autor es una Biblia. He aquí otra de las características que hacen tan encantadores a los libros para niños, y que no gustan a los literatos “serios”. Imagínense ustedes un libro sin referencias bibliográficas, sin prólogo, ni anexos! Sin notas al pie! Seguramente por eso en la adusta Escuela de Letras de la Universidad Central de V enezuela a estas alturas todavía no existe un postgrado de Literatura Infantil y Juvenil. ¡Ni por asomo!
Número nueve: Cuando un libro es aburrido, bostezan abiertamente sin vergüenza o temor a la autoridad.
Eso es lo que distingue a un buen libro de literatura infantil de uno malo.
Número diez: No esperan que su querido autor redima a la Humanidad. Jóvenes como son, saben que no está en su poder. Sólo los adultos tienen tales ilusiones infantiles.
Es más, ni siquiera les interesa saber quien es el autor, ni lo que pretende, aunque decir esto tal vez pueda lesionar algunos egos y egas tropicales.
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Pero lo que realmente llama la atención es que las razones citadas por Isaac Singer para escribir textos para niños son absolutamente externas. Según él, lo hace porque a los niños les gusta esto, o no les atrae lo otro, etc. No le creemos ni una sola palabra. (Al igual que a aquellos autores de LIJ que sostienen que jamás se proponen escribir cuentos para niños. Qué eso les salió así solito y luego se percataron de que... ¡era un cuento para niños! ¡Salió así! ¡Yo no lo hice con esa intención! ¡Yo escribo literatura universal! Pura hipocresía. O autoengaño. Aunque ese es otro caso que abordaré más adelante.)
El texto de Singer no responde de ningún modo a sus verdaderas y profundas razones personales, sino que posiblemente se trata de una descarga simpática para describir u homenajear a sus jóvenes lectores. ¿Por qué digo tal? Porque la escritura literaria genuina tiene su origen y motivación en ineludibles fuerzas interiores, una profunda necesidad que poco tiene que ver con determinado público lector, ya sea niño, adulto, viejo, hombre, enano, o lo que se quiera.
¿Y, paradójicamente, dónde radicaría entonces esa supuesta intencionalidad que nos llevaría a utilizar determinados recursos, temas, estilos, herramientas, para tratar de conseguir que un texto cautive a los niños? ¿Confusa paradoja? ¿Incoherencia errática? (Precisamente critiqué más arriba a algunas y algunos que niegan el uso intencional de tales artificios).
Esa intencionalidad no es otra cosa que el intento creativo, fluido y espontáneo de agradar al PROPIO NIÑO INTERIOR y de allí la utilización profesional de determinadas técnicas y recursos específicos. En caso contrario, o sea, el de una aproximación exclusivamente intelectual, o solamente bien intencionada (el peor caso) para llegar a los niños, el texto sale forzado, artificial, rígido, demasiado esto o lo otro; o bien tonto, soso y sin gracia; o excesivamente erudito y complejo, acercamientos éstos sospechosamente preconcebidos que no convencen, como vemos en tanto texto para niños que se publica por allí.
lunes, 30 de marzo de 2009
Respuesta como editor a una propuesta de novela de Literatura fantástica
Hola amiga: con mucho gusto te respondo. Los evaluadores externos que utilizan casi todas las editoriales tienen la función de emitir una opinión (se supone que son especialistas en el género) que ayude al editor a tomar una decisión sobre si se publica o no determinado manuscrito. En su informe, los lectores externos tratan aspectos como: la calidad literaria, la originalidad en la manera de abordar el tema, y algo que es importante para una empresa editorial: las posibilidades de comercialización y retorno de la inversión. Es allí donde los escritores (as) noveles desafortunadamente tropiezan con un gran impedimento, ya que las editoriales no suelen arriesgar la considerable suma de dinero que implica la publicación de un libro (diseño, ilustración, impresión, etc.) en un escritor desconocido.
Es por ello que, personalmente, y con base en mi propia experiencia como autor, recomiendo a los que están empezando que envíen sus manuscritos a concursos literarios, puesto que esta es una manera efectiva de darse a conocer.
El editor, por su parte, toma en cuenta otros aspectos como el hecho de que el manuscrito encaje en su línea editorial, en su nicho del mercado, que lo pueda ubicar en una determinada colección, etc.
El hecho de que yo haya enviado tu manuscrito a lectura es una buena señal, debido a que los manuscritos obviamente malos, deficientes, de poca calidad, ni siquiera son enviados a lectura externa. No hace falta. Con tu novela de literatura fantástica existen algunas reservas por el hecho de que es un sub género que actualmente ha sido muy trabajado y tiene grandes exponentes (Tolkien para empezar). Por lo tanto tu propuesta tiene que ser muy potente para que la editorial se decida a publicarla. Por otro lado, tienes a tu favor el que en Venezuela existen muy pocos autores que escriban para un publico adolescente, es un vacío que tenemos aquí. Por lo tanto, si tu manuscrito es bueno, le daremos una atención especial.
Espero haber contribuido a disipar tus dudas. No te preocupes y ten fe en tus capacidades; eso sí, al mismo tiempo con un agudo sentido autocrítico que te ayude a mejorar cada vez más tus textos. La escritura literaria es un oficio muy exigente, lleno de escollos, ¡pero es lo máximo!
jueves, 5 de marzo de 2009
La mejor definición de LI
"Es aquella literatura que también le gusta a los niños".
Esto es cierto porque lo único que diferencia a un buen texto de literatura para niños de cualquier otro buen texto de literatura "en general" es que su alcance es mayor, es decir, logra acceder a la comprensión, gustos e intereses de los jóvenes lectores, cosa que no consiguen los otros. ¿Cómo lo logra? Mediante el énfasis en determinados recursos literarios que requieren, para su empleo adecuado, de oficio, capacidad de conexión "in put out put" con "lo niño" y sobre todo intuición para "eso".
jueves, 19 de febrero de 2009
¿Por qué infantil?
Pero nos encontramos entonces con un calificativo inspirado en la receptividad de los potenciales lectores (los niños) hacia determinados textos, lo que constituye una referencia extratextual y aleatoria, que no puede ser considerada como definitoria. Recordemos que las características que definen una determinada producción literaria las encontramos en la obra misma, en los referentes intratextuales, y no fuera de ella, en los referentes extratextuales.